Raven y Robin viajan hacia Japón para tener un arduo entrenamiento, sólo que este no es como lo que ella piensa. En realidad, Robin se la lleva para tener sexo en distintos lugares sin que nadie los moleste.
Él la penetra en distintas posiciones hasta vaciar sus testículos en su interior, la heroína le pregunta el por qué la obliga a vestir un disfraz. Robin le responde que no tiene nada de importante, ya que sólo se veía sexy con este y lo excitaba.
Mientras le confiesa esto embiste su trasero con fuerza y lo nalguea, ella nota que está siendo grabada también. Raven le pide que deje de grabarla, pero Robin no puede parar en ese momento, está disfrutando mucho de su apretada vagina.
Ella pensaba que se trataba de una misión para ayudarla, y para Robin así lo es, sólo que para ayudarla con su sexualidad. Puesto a que, Raven se la pasaba utilizando un dildo para satisfacerse, y su líder decide darle una verdadera experiencia.
Robin le indica que puede detenerse cuando ella quiera, pero ya Raven está muy excitada, diciéndole que seguirá todas sus órdenes. Estas palabras alegran al joven, por lo tanto, le dará inicio a su verdadero entrenamiento.