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Una mamada y un vaso de agua no se niega a nadie, ya lo dijo esa frase. El protagonista de esta historia, sólo se acuerda de que había despertado en el hospital de la universidad, con un infierno de dolor de cabeza. Poco a poco, todo se vuelve más claro y a la cara, recuerda que acabó chocando en un coño hecho en casa en el pasillo, y cayó al suelo. Para ayudar en la curación del período de tiempo, las dos chicas hicieron una visita de inspección y, básicamente, en la safadas se cayeron de la boca y la chuparam la polla con ganas, y safadinhas.